¿QUÉ TE APETECE HACER DE COMER?

lunes, 24 de agosto de 2020

Almendras fritas


        Uno de los mejores aperitivos como tal son estas almendras fritas, que cuando son caseras y hechas por uno mismo, como que encima están mucho más buenas. Era uno de mis mayores empeños desde que comencé por la creación de este blog, hace ahora justo 6 años, el hecho de publicar esta receta. La gente pensará que tengo la cara muy dura por publicar una receta así, pero en realidad lo que pasa es que estoy empecinado en hacerlo y tengo un almendro que me da materia prima de sobra para realizarlas. O sea, que tengo mucha almendra en los dos casos. 

Dificultad: Muy fácil
Tiempo de elaboración: depende de lo que tardemos en descascarillarlas. Si no contamos este proceso, en media hora las tienes recién hechas. 
Ingredientes: 
- Almendras
- AOVE para freír y sal. 
- 1 martillo


 Lo primero que tendremos que hacer es quitar la primera cáscara dura que tiene, si no contamos la vaina verde primera que casi se cae sola cuando la almendra cae del árbol o la hacemos caer. En el caso de que la recolección la hagamos nosotros mismos, habrá que tener en cuenta la gravedad del asunto, ya que sin gravedad, sería muchísimo más difícil este paso, pues a ver quién es el guapo que hace bajar las almendras del árbol. Y si no, preguntad a Newton. Para quitar esta cáscara dura, nos vamos a ayudar de un martillo y una tabla. Dando un pequeño golpe seco en la hendidura de la almendra, haremos que ésta se resquebraje, y a partir de ahí, podemos pelarla y sacar la almendra. Es importante medir la fuerza del golpe si queremos hacer almendras fritas y no "polvo de almendras". (Si anteriormente habéis llegado a preguntar a Newton, podéis aprovechar la confianza con él, y preguntarle cuántos Newton de fuerza hay que aplicar en cada golpe). 

    Veréis que esta receta está requiriendo más fuerza física de lo normal. Normal. Estamos empleando Fuerza. Y Física. 
      
 Una vez tenemos todas las almendras descascarilladas, tenemos que quitarle la piel. Para eso las pondremos en un cazo con agua y la pondremos a calentar. No hace falta que se caliente mucho, ni mucho menos que hierva. Con que se caliente el agua es suficiente. Una vez hecho esto, echamos las almendras en un colador para quitarle el agua y veremos qué poco trabajo nos cuesta desprenderle la piel. Si es trabajo, entonces habría que medirlo en Julios, pero yo creo que no nos tiramos varios meses pelando almendras. Bueno, depende de los kilos de almendras a pelar.

    Y con todas las almendras blanquitas  y bien peladas, las vamos a freir en AOVE. Yo recomiendo ponerlas en el AOVE antes de ponerlo al fuego. Cuidado, que tardan poco en freírse, y sobre todo, tenemos que tener en cuenta que hay que retirarlas del fuego y sacarlas del aceite, y ponerlas sobre papel de cocina, en cuanto empiezan a cambiar de color, ya que una vez fuera, las almendras van a seguir friéndose en el aceite que les queda impregnado, y acabarán más tostadas que como las sacamos del aceite.

    Terminado todo esto, sólo nos queda añadirle la sal por encima. 

   Y ya está. El mejor aperitivo para una cerveza de mediodía, que me recuerda mucho a mi compañero Amador Córdoba, al que tanto le gusta ligar con su cerveza y sus almendrillas. 
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viernes, 24 de julio de 2020

Codornices casi en escabeche


Otro recetón heredado de mis padres. Una de esas recetas que piensas que cómo pueden volver estos sabores y olores del pasado de forma tan maravillosa. 

Dificultad: Fácil
Tiempo de elaboración: 1 hora
Ingredientes para 4 personas:
- 1 cebolla grande
- 8 codornices
- 3 hojas de laurel
- 1 vaso grande de vino blanco
- AOVE, sal, pimienta negra en grano y vinagre de vino blanco. 


     Lo primero que haremos será lavar bien las codornices y quitaremos las pequeñas plumas o cañones de las mismas que a veces quedan cuando las compramos. 


    A continuación pelaremos la cebolla y cortaremos en juliana, y en un buen culo de aceite, y en una cacerola grande comenzaremos a sofreír. En cuanto empiece a estar dorada, vamos a añadir las hojas de laurel y las codornices. Añadimos un poco de sal y la pimienta negra en grano. Iremos dando la vuelta a todas las codornices para que se vayan haciendo por todas sus caras (aunque si no tienen cabeza, no sé dónde van a tener las caras. Claro,que a veces están un poco caras, y a los mejor por eso es. Lo mejor es que se hagan bien por todos lados. O sea, por la cara y por la cruz. Vaya lío. Me va a salir cara esta explicación cara a que se entienda mejor la receta. Mejor cierro ya el paréntesis).

       Cuando tengamos las codornices con buen color, vamos a cubrirlas de agua, añadimos un chorreón más que generoso de vinagre, una pastilla de avecrem y un vaso de vino blanco. Dejamos hervir un mínimo de 35 minutos. Rectificamos de sal, y si admite más vinagre, se lo podemos añadir. Cuando cojamos una codorniz de una pata, y ésta se desprenda del cuerpo, estarán bien cocidas. Apagamos el fuego y ya hemos terminado. 

       Y ya está. Una receta bien sencilla que gusta a todos y es un manjar. El caldo está para chuparse los dedos y media barra de pan acompañando cada bocado de carne. 

*Lo ideal es acompañar estas codornices con unas patatas fritas en tiras más bien gorditas. 
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miércoles, 24 de junio de 2020

Churros caseros


    Esta es otra de las recetas encuadradas en el ciclo "Recetas de cuarentena". Aquellas cosas que hemos llegado a hacer por culpa del confinamiento que sufrimos durante el estado de alarma en los meses de marzo y abril de 2020 por la pandemia de Coronavirus. Ahora espero que esta receta sirva como entretenimiento para hacerlos o porque nos pille en el campo o no haya opción de comprar los riquísimos churros que se venden en Úbeda y su comarca, y que para mí, están mucho más ricos que las porras o los churros que hay fuera de la comarca de La Loma. 


Dificultad: Media
Tiempo de elaboración: 30 minutos

Ingredientes: 

- 300 gr de harina (150 gr de harina de trigo y los otros 150 gr de harina de repostería)
- 1 cucharadas pequeñas de levadura
- 2 pellizcos de sal
- 250 ml de agua templada. 

     La receta es bien sencilla. Mezclamos todos los ingredientes en un bol grande y amasamos hasta que se hace una masa homogénea y uniforme. Interesa que quede más bien blanda para que luego pueda pasar por la manga pastelera sin problema. Si hacemos la masa y dejamos diez minutos a que la levadura haga su efecto, mucho mejor. 

    Posteriormente, en una sartén con abundante AOVE muy caliente, vamos a ir haciendo los churros ayudándonos de una manga pastelera. Cuando yo los hago, con una mano cojo la manga pastelera y con la otra, unas tijeras para cortar la masa cuando veamos que no podemos controlar el churro que ha ido cayendo a la sartén. Es muy importante tener cuidado en este paso para no hacer un corte de manga, porque es soez, y porque liamos un estropicio. 

    Damos la vuelta al churro en la sartén con unas pinzas o dos pequeñas palas de madera para que se dore por todos lados, y cuando lo sacamos, lo ponemos sobre papel de cocina para que suelte el exceso de aceite. 

   Y ya está. Para mí fue una gran satisfacción conseguir hacer estos churros caseros, que están buenísimos, y nos sirvieron para salvar mejor las mañanas dominicales de pandemia cuando todos los negocios estaban cerrados. 

*Por supuesto, lo suyo es acompañar los churros con un rico chocolate. Pero ese no lo explico, que ya lo hace el reverso de los sobres de chocolate o cacao que compremos para hacerlo. 
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domingo, 24 de mayo de 2020

Lomo de orza


    La cuarentena que estamos viviendo en este año 2020 por el maldito coronavirus nos está dejando cosas buenas, como el convivir más en familia dentro de la casa, tener menos prisa para todo, aprovechar los recursos que tenemos, e innovar en la cocina con productos que nunca nos habíamos atrevido, como hacer churros caseros (ya saldrá la receta) o hacer un rico lomo de orza, muy típico de Úbeda y sus alrededores, y que me ha dado tanta alegría hacerlo y que durara apenas unos minutos estando tan cerca de mi mujer y mis hijos, que ahora lo comparto con todos vosotros. (*esta receta se escribió el día 25 de abril de 2020).

Dificultad: Muy fácil
Tiempo de elaboración: 20 minutos (más un día de maceración). 
Ingredientes:

- Cinta de lomo de cerdo

-Majado con: 2 dientes de ajo, 2 cucharadas pequeñas de pimentón, pimiento rojo seco picado, una pizca de canela, una pizca de anís en grano, una cucharada pequeña de orégano, pimienta negra molida, sal, y AOVE. 


    Para comenzar, debemos tener preparado un buen trozo de cinta de lomo al que le quitaremos la grasa que lo envuelve, y lo trocearemos en trozos anchos de unos 3 cm de ancho. 

    Posteriormente vamos a pelar los ajos y los vamos a feír enteros en un culo de AOVE, y mientras, vamos a machacar el majado, poniendo todos los ingredientes arriba descritos en el mortero y mahacándolo todo bien. Una vez hechas ambas cosas, se añaden los ajos al mortero y se vuelve a machacar todo. Cuando se haga una pasta, añadimos el aceite en el que hemos frito los ajos y ligamos todo muy bien. 

   En un booooooooooooool del Atelti!!! (uy, perdón. El confinamiento y la ausencia de fútbol me ha hecho recordar el último partido que ví hace ya más de un mes del Atleti en Anfield). Como decía, en un bol ponemos los trozos de cinta de lomo y los cubrimos con el majado con el aceite. Si no se quedan cubiertos del todo, añadimos aceite de oliva virgen extra (AOVE) hasta que el lomo quede cubierto. 

   Reservamos un día. 

   Freímos el lomo en aceite de oliva. Una vez frito por todas sus caras, fileteamos. Si no se va a comer en el momento, lo guardaremos en frío cubierto por aceite oliva vírgen extra (AOVE).  

   Y ya está. Impresionante aperitivo con el que dejaréis las bocas abiertas. Y cerradas. Y abiertas. Y cerradas... y así hasta que sólo quede el aceite para mojar sopas. 


*Aprovecho esta receta para contaros una anécdota acaecida en el restaurante de Río Madera en la Sierra de Cazorla. Pues estando todos los amigos sentados para comer, se sentó detrás mía una familia de gente foránea, y viendo la carta en presencia del camarero, el padre de familia hizo más de cuñado que de padre, y para demostrar sus conocimientos gastronómicos, dijo en voz alta:

Padre casi cuñado: ¡Camarero! ¿Hay Lomo de orza?
Camarero: Sí, señor
Padre casi cuñado: ¿Y Orza es... ciervo, verdad?
Camarero: Ejem ejem. No, señor. Orza, es la vasija de barro donde se conserva el lomo. 
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viernes, 24 de abril de 2020

Steak tartar de ternera


   Lo que os presento en esta receta es uno de los mayores descubrimientos que he tenido a nivel culinario, pues preparando un riquísimo Cus-Cus, se me vino a la cabeza esta forma de preparar la ternera, improvisé sobre la marcha, y hoy en día es un aperitivo que siempre hago cuando tengo invitados a comer. Porque es facilísimo, rapidísimo, no te quita tiempo de preparar todo lo demás, sorprende a los comensales, y no tienes que fregar el plato al terminar. Bien porque lo hayan rebañado y quede limpísimo, o bien, porque no sea un plato y se trate de una baldosa como es el caso de la foto de presentación. 

Dificultad: Facilísimo
Tiempo de elaboración: 5 minutos (más una hora de maceración)
Ingredientes:
- 250 gr de filete de ternera de 1ª 
- 1 cebolleta
- AOVE, salsa de soja y sal. 

     Viendo los ingredientes, imagino que ya os daréis cuenta de la veracidad de mis palabras cuando digo que es sencillisimo. Lo más importante es que siempre tengamos en el congelador un filete de ternera como mínimo, porque el día que lo hagamos, lo vamos a presentar crudo, por lo que a mí me da más seguridad tenerlo previamente congelado.

    Una vez descongelado, le vamos a dar golpes al filete con el mazo del mortero para que se rompan las fibras de la carne y luego esté más tierna. Este maceo no quiere decir que tengamos que estar hablándole a la oreja durante dos horas contando infinidad de cosas. Ese es otro tipo de maceo que vamos a evitar en esta receta. Posteriormente, el filete lo vamos a cortar a dados lo más pequeños posible. 

    Picamos la cebolleta, y todo ello lo mezclamos en un bol con un poco de sal y salsa de soja, dejando que la soja bañe por completo la mezcla, pero sin necesidad de que "haga charco". Simplemente, cuando veamos que toda la mezcla se queda integrada con la soja, tapamos con film, metemos en el frigo y reservamos una hora para que se macere la mezcla.  

    Y ya está. Cuando lo vayamos a emplatar, simplemente lo vamos a coger con una cuchara y le escurrimos toda la soja que podamos, para que el sabor más importante sea el de la ternera. 

*También le puedes añadir aguacate o cebollino picados que le darán cuerpo y sabor. 

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domingo, 12 de abril de 2020

Las Comidicas de los lectores (XIII) Las comidicas del confinamiento

     Hoy es domingo de Resurrección, con lo que ponemos fin a la Semana Santa más rara de la historia que hemos vivido y conocido. Pero con ello no termina el confinamiento que estamos sufriendo debido a la pandemia del COVID-19. 


     Una de las pocas cosas buenas que está teniendo esta situación, es que algo tan simple como cocinar para los nuestros, con los que ahora convivimos las 24 horas del día, sea un hecho magnífico, liberador, y que despeja cuerpo y mente, y alimenta cuerpo y mente. Sé que muchos de vosotros estáis recurriendo al blog para buscar recetas e ideas para cocinar, y unos pocos me habéis mandado fotos de vuestros platos realizados. Aquí comparto con todos vuestras proezas y os animo a seguir cocinando y a ser fuertes en este confinamiento. 



    Ya mismo estamos todos cocinando para muchísimos amigos y familiares. 



¡Vamos!






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lunes, 24 de febrero de 2020

Carrillada al vino tinto


       Este plato que presento hoy es ideal para realizar cuando tengas invitados a comer, ya sea en poca o gran cantidad. Los invitados, me refiero. Bueno, y el plato también. A eso le añadimos que es uno de las mejores recetas en cuanto la relación dificultad - éxito asegurado. 



Dificultad: Media
Tiempo de elaboración: 2 horas (en función del número que hagamos claro. Este tiempo es para hacer 30 carrilladas).
Ingredientes: (para una media de unas 10 carrilladas)
- 10 carrilladas (obvio)
- 1 cebolla grande
- 2 pimientos verdes
- 1 manojo de zanahorias
- 4 tomates
- 3/4 a 1 litro de vino tinto
- 1 litro de caldo casero 
- AOVE, sal, harina y tomillo

      2 anotaciones: Si vamos a hacer el caldo casero sería interesante hacerlo antes para que tenga más sabor, pero un litro de tetra brik de caldo casero va muy bien, merece la pena y nos ahorramos tiempo y esfuerzo por un precio que no podemos tener en cuenta. Y segunda cosa. Me he dado cuenta al escribir de forma tan técnica y precisa la cantidad de zanahorias que hacen falta, que el término "manojo" es una cantidad a ojo de los que nos cabe en la mano. Lo usaré más veces a partir de ahora. 

     Comenzaremos salpimentando las carrilladas, las pasamos por harina y las sellamos en AOVE muy caliente para que luego aguanten la cocción sin deshacerse. Una vez selladas las vamos reservando. 

     Ese mismo aceite es el que vamos a utilizar para ponerlo en la olla exprés e ir sofriendo por este orden y todo muy picado, la cebolla, los pimientos verdes y los tomates. Una vez esté todo bien sofrito vamos a añadir las zanahorias, que pelaremos, y la mitad pondremos enteras y la otra mitad cortada a rodajas como las que figuran en la foto, añadiendo un poco de tomillo y/o romero que le dará un buen aroma al plato. Si estas hierbas las ponemos enteras, luego las podemos retirar, si las tenemos en especias de bote, luego se triturarán cuando hagamos la salsa. 

    Casi a continuación de añadir las zanahorias, vamos a añadir las carrilladas y el vino tinto y el caldo casero casi a partes iguales y añadimos un puñado de sal (unos 3 pellizcos). El objetivo es que las carrilladas queden completamente sumergidas en el caldo pero no hace falta que necesiten bombonas de oxígeno para buceo a grandes profundidades. O sea, que el caldo cubra por completo las carrilladas pero que no haya excesivo caldo, pues luego para reducirlo habría que retirar bastante. 

    Ponemos en el fuego y cuando la olla pite, dejaremos 20 minutos. 

    Una vez pasado este tiempo, despresurizamos la olla, y con ayuda de una espumadera, retiraremos con cuidado las carrilladas y las rodajas de zanahoria y las vamos reservando en una fuente grande (si váis a comerlas ya, podéis irlas dejando en la fuente donde las váis a servir). Retiramos una jarra del caldo porque siempre hay tiempo de añadirlo si se nos quedara muy espesa la salsa. Batimos directamente en la olla el resto de caldo que hemos dejado con las zanahorias enteras, añadimos las carrilladas y las zanahorias y dejamos a fuego lento para que se reduzca la salsa lo que queramos. Yo recomiendo que quede un poco trabada para poder mojar buenos "sopetillones" de pan en ella. 

     Y ya está. Un platazo que gusta a grandes y chicos, y a chicos grandes o grandes chicos como mi sobrina Carmen, que es chica pero está muy grande, aunque ella se cree grande, y es una gran chica, y a la que dedico esta receta porque la primera vez que la hice, las devoró con su amigo fruición. 
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