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lunes, 24 de septiembre de 2018

Lubina al horno

    Una receta más que típica en la dieta mediterránea es la lubina al horno. Un plato de pescado más que sano, barato, rápido, cómodo y riquísimo. Doy gracias a mi hermana Lolina por enseñarme esta receta aunque lo hiciera una vez que ya lo tenía todo hecho. Pero este verano hemos comido Dorada hecha por ella de esta manera, y por lo comido, casi clavo la receta exactamente como la suya. 

Dificultad: muy fácil
Tiempo de elaboración: 1 hora
Ingredientes para 2 personas:
- 2 lubinas 
- 2 patatas grandes
- 3 dientes de ajo
- 1 limón
- AOVE, perejil y sal

    Lo lógico es que compremos las lubinas frescas y en el mismo puesto les quiten las escamas y las limpien por dentro. Ya puestos, como diría Colate, abandonamos el puesto y con aire apuesto nos dirijimos a nuestra cocina puesto que si no lo hacemos, me apuesto lo que queráis a que cuando llegue la hora de comer, el plato no estará puesto en la mesa. Eso por supuesto. 

    Pelamos, lavamos y cortamos las patatas a ruedas no muy gordas y las vamos a freír aunque no del todo. Con unos 5 minutos en el aceite fuerte friéndose hay de sobra. Es cuando más o menos van cambiando a color más dorado, en función de la calidad de la patata. En este momento las retiramos y las ponemos en el fondo de la bandeja de horno que vayamos a utilizar. 

    Encima de ellas colocaremos las lubinas a las que podremos un poco de sal por encima, les hacemos tres cortes transversales en el lomo que va a quedar hacia arriba. Machacamos los dientes de ajo con unas hojas de perejil y una pizca de sal para que nos facilite el machacado y no salten los dientes como más de uno tras un buen cepazo. Una vez machacado todo, le añadimos aceite de oliva vírgen extra (AOVE), ligamos todo y lo extendemos por las lubinas haciéndole una buena cobertura como si fuésemos un gran ingeniero de telecomunicaciones. Cortamos el limón en rodajas y las rodajas las cortamos por la mitad y las insertamos en los cortes que previamente habíamos hecho en los lomos de las lubinas. 

      Metemos en el horno a 180º durante 25 minutos. 

      Y ya está. Un plato ideal para hacer un día saliente de guardia donde las fuerzas están al límite, tu cuerpo necesita proteínas y no tienes arrestos ni para ponerte a fregar cacharros por haber cocinado.

*Me encanta cómo ha quedado escrita esta receta porque, además de que me servirá de referencia para volver a hacerla, salen en ella mis 3 hermanos. ¿Os habéis dado cuenta?
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