Dificultad: Muy fácil
Tiempo de elaboración: 20 minutos
Ingredientes (no hay medidas, como en una despedida de soltero/a):
- Mejillones frescos (los que quieras hacer, pero os hago el cálculo sobre 1 ó 2 kg de mejillones)
- 3 dientes de ajo
- 1 cucharada sopera de harina
- 1 vaso de vino blanco
- aceite de oliva vírgen, sal, perejil, pimentón picante.
Vamos a limpiar bien los mejillones y los vamos a poner en una cacerola ancha. Los tapamos y los ponemos al fuego a hervir, pero sin agua, que suena incongruente como una banda de Semana Santa en la cabalgata de Reyes. En cuanto se abran los mejillones, los retiramos del fuego y los reservamos.
Mientras tanto, vamos a preparar un machacado en el mortero con los dientes de ajo, el perejil y un poco de sal, Una vez machacado, añadimos el vaso de vino blanco, removemos y reservamos. Ya tenemos más reservas que un hotel de Úbeda para Semana Santa.
En una cazuela grande vamos a echar un culo de aceite, y cuando esté caliente pero no muy fuerte añadimos la cucharada de harina y removemos enérgicamente con una pala de madera para que no se queme y tampoco haga grumos, o sea, que no se "agrumere" como la gente en la cuesta de la Merced de Úbeda un Viernes Santo por la tarde. Inmediatamente después de dar unas pocas vueltas a la harina, echamos el pimentón picante para que se mezcle un poco, y a los 5-10 segundos para que no se queme el pimentón vamos a añadir el contenido del mortero (lo digo así, porque si digo "añadimos el mortero", hay quien lo echa hasta con el mazo), y removemos. En esta cazuela vamos a verter el caldo que sueltan los mejillones al cocerlos pasándolo por un colador.
Dejamos que cueza un poco para que reduzca el vino, y mientras vamos a separar los mejillones de sus conchas. Una vez los tengamos todos desconchados como el patrimonio semanasantero ubetense después de salir la General y le cayera el agua que les cayó aquél fatídico Viernes Santo, los vamos a añadir a la cazuela para que tomen sabor de la salsa y los dejamos unos minutos.
Y ya está. Una ración de mejillones en salsa que te harán saltar las lágrimas como a uno que yo me sé en la tarde del Jueves Santo en el claro bajo de San Isidoro.
*Cómo se nota que cuando se publicó esta receta, la Semana Santa estaba al caer.
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