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lunes, 28 de abril de 2014

Las comidicas de los lectores (VI)


      En esta ocasión voy a publicar las comidicas de los lectores, no porque lleve más de 12.000 visitas, ni porque dentro de apenas 15 días este blog celebrará su primer aniversario de existencia, ni porque vayan publicadas más de 70 recetas para gusto (nunca mejor dicho) de todos. 

     Simplemente lo publico porque la gente sigue cocinando, le sigue gustando el blog y me siguen mandando fotos con sus recetas. Prometo que en cuanto mis obligaciones personales y laborales me lo permitan, actualizaré el blog, y pondré el concurso a la mejor receta de los lectores enviada, mediante encuesta, y con premios que serán del agrado del ganador o ganadores. Crearé unas bases del concurso, que multiplicadas por la altura que está cogiendo este blog y dividiendo por dos, pues puede que tenga que hacer semifinales, dará como resultado final, en este área de internet dedicado a la gastronomía de un triángulo equilátero cuyos lados serían: el blog, las comidicas de los lectores, y los que disfrutan de ellas, pues todos son igual de importantes e imprescindibles para que este polígono exista.

    Tras esta charla matemática, os dejo con las fotillos de las comidicas. Id eligiendo vuestra favorita. 

    Y para que veáis que este blog es mucho más que la forma de cocinar de uno, también sirve para aprender. Por ejemplo, hoy muchos jóvenes han aprendido que un polígono no es sólo donde se va de marcha en Úbeda a altas horas de la madrugada. 

 Acelgas de Luci

 Arroz negro con sepia de Piluca

 Garbanzos con arroz de Alberto

 Habicholillas con patatas de Alberto

lunes, 21 de abril de 2014

Espárragos en vinagrillo


            Otro plato tipiquísimo de la gastronomía ubetense, de temporada, y que hace que el paladar te haga viajar al pasado, a esos Jueves Santo en los que, machacado tras salir en procesión en La Columna, y mientras nos quitábamos la túnica en el Real, esperando la bajada de la Humildad (porque antes daba tiempo a encerrarse, dejar el hachón en la Casa de Las Torres, llegar a casa, y ver a La Humildad), y acompañando a un rico hornazo, lo complementábamos con las patatas de la abuela Lola (ver receta), huevos rellenos, fiambre, y estos espárragos en vinagrillo que sabían a gloria. Desgraciadamente, ahora no es igual, excepto el sabor de este manjar silvestre. 

Dificultad: Fácil
Tiempo de elaboración: 30 minutos
Ingredientes: - Un manojo de espárragos (si son silvestres mejor, porque están más buenos, y porque el manojo será más grande, siempre que sean recogidos por manos expertas). 
                    - 4 dientes de ajo
                    - aceite de oliva vírgen, sal, vinagre de vino blanco, pimentón dulce y picante. 

        Comenzaremos lavando muy bien los espárragos, y los vamos a trocear del tamaño de la foto. La clave para que estén tiernos, es que cortemos los espárragos con la mano, comenzando por la cabeza hasta que se parta con facilidad. Una vez que no se parta, y sólo se doble, o ni eso, desecharemos el resto del espárrago, que será bastante en los silvestres y poco en los comprados. 

         Estos espárragos los pondremos en una sartén con un culo de aceite y los saltearemos con un poco de sal. Mientras tanto, vamos a laminar los dientes de ajo, y en una cacerola con otro culo de aceite los vamos a dorar más de la cuenta a caso hecho, cogiendo el color de una adolescente en la playa durante el verano. 

        Una vez tengamos los ajos entre dorados y tostados vamos a añadirle los espárragos de la sartén, añadimos los pimentones al gusto del picante de cada uno, un chorreón generoso de vinagre y cubrimos de agua para que cuezan durante unos 10 minutos para que queden más tiernos. 

       Cuando ha pasado ese tiempo, retiramos del fuego y metemos a enfriar en el frigorífico, pues es un plato frío, y porque si lo metemos en el horno encendido no vamos a conseguir esto. Por mucho que nos empeñemos. 

       Y ya está. Este plato se ha comido siempre en mi casa entre el segundo plato y el postre, como un anticipo al postre. Pero como he dicho antes, como en Semana Santa con un hornazo, no hay nada igual. 

*Agradezco fervientemente la generosidad de mi cuñado Muro, así como de Santos y Pedro, por los buenos manojos de espárragos que proporcionan a mi familia, porque si dependiera de mis habilidades de búsqueda y recogida de espárragos, esta receta no existiría, o la pondría al estilo "moderno": mucho plato y poco espárrago.
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domingo, 13 de abril de 2014

Ochíos con habas

   
        Si hay algo típico y riquísimo en la gastronomía ubetense, éso son los ochíos. Si aprovechamos la temporada de habas y los unimos, haremos una combinación mucho mejor que la de la reina Isabel de Inglaterra, que nunca la he visto, y tampoco quiero imaginármela. Como el día de la publicación de la receta coincide con el Lunes Santo del año 2014, y no son días de cocinar ni en los bares para las tapas, ni en las casas para estar todo el día en la calle, aquí os presento la receta más fácil jamás publicada en un blog de cocina (siempre y cuando se esté en Úbeda o sus alrededores).

Dificultad: Facilísima si se encuentra en el momento de la elaboración en la ciudad de los cerros
Tiempo de elaboración: según lo lejos que nos pille la panadería y la frutería.
Ingredientes para 2 personas: 
                   - 1 bolsa de ochíos de Úbeda
                   - 1/2 kg de habas frescas

      Para comenzar esta receta nos quitaremos el pijama, chándal o batín que tengamos puesto en nuestra casa y nos iremos al baño. Pondremos el cuerpo en remojo durante 5-10 minutos, no más, porque se arruga la piel, y frotaremos con jabón. Aclaramos y reservamos. 

      Mientras se seca el cuerpo envuelto en el albornoz vamos a aprovechar para cepillar los dientes muy bien por todas sus partes, peinaremos el cabello, y añadimos desodorante, sobretodo en las axilas, y de forma abundante. 

      Al acabar el paso anterior, volvemos al cuerpo que habíamos reservado y procederemos a vestirnos de forma lo más lustrosa posible. Es muy importante que no se nos olvide atarnos los cordones de los zapatos para prevenir caídas, así como de poner cada zapato en su pie correspondiente. Perfumamos y cogemos el monedero. 

      Antes de salir a la calle nos cercioraremos de la temperatura exterior para la elección del abrigo correcto. Una baja temperatura en la elaboración de este plato puede provocar resfriados y un mal acabado del mismo. 

      Otro paso muy importante es asegurarse que el brasero está desenchufado y coger el paragüas por si llueve. Salimos a la calle durante 30 minutos. 

       Si vivimos o nos viene bien la plaza de abastos de Úbeda, la recomiendo fervientemente, pues encontraremos todos los ingredientes y no habrá que dar muchas vueltas. Además, tras paseo por los puestos, podremos encontrar las habas más frescas y baratas que puedas ver en ese día en Úbeda. Los ochíos también los recomiendo comprar allí, porque están buenísimos y porque la música ambiente del puesto te anima para el resto del día. 

      Una vez compradas las habas y los ochíos tenemos terminado el plato. 

      Y ya está. Plato muy fácil que puedes comer en casa o fuera, que en Semana Santa te lo pondrán de tapa en muchos bares, que para ir al campo es Ideal, un plato de Vanguardia, único en El País, incluso en El Mundo, que ABCs (a veces)  lo ponen hasta en el Parador, que me daréis La Razón de lo rico que está cuando lo probéis, que los comer As con fruición, y como ya dijeron Troche y Moche, una vez los pruebes, los comerás periódicamente. 

*Y ahora, a ver procesiones y disfrutar de Semana Santa (sobretodo de la de Úbeda, con sus ochíos con habas y todo).
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lunes, 7 de abril de 2014

Mejillones en salsa

      Si quieres hacer un aperitivo de los que dejan con la boca abierta al invitado, te sugiero estos mejillones en salsa porque no vas a poder poner una cosa más fácil y mejor. Y si quieres que el invitado luego siga comiendo tus proezas culinarias, también te sugiero que le quites de vista la barra de pan, porque se va a quitar las ganas, y porque es capaz de mojar sopas hasta borrarle el nombre del fabricante a la cazuela de barro. 

Dificultad: Muy fácil
Tiempo de elaboración: 20 minutos
Ingredientes (no hay medidas, como en una despedida de soltero/a):

    - Mejillones frescos (los que quieras hacer, pero os hago el cálculo sobre 1 ó 2 kg de mejillones)
    - 3 dientes de ajo
    - 1 cucharada sopera de harina
    - 1 vaso de vino blanco
    - aceite de oliva vírgen, sal, perejil, pimentón picante. 

    Vamos a limpiar bien los mejillones y los vamos a poner en una cacerola ancha. Los tapamos y los ponemos al fuego a hervir, pero sin agua, que suena incongruente como una banda de Semana Santa en la cabalgata de Reyes. En cuanto se abran los mejillones, los retiramos del fuego y los reservamos. 

   Mientras tanto, vamos a preparar un machacado en el mortero con  los dientes de ajo, el perejil y un poco de sal, Una vez machacado, añadimos el vaso de vino blanco, removemos y reservamos. Ya tenemos más reservas que un hotel de Úbeda para Semana Santa. 

   En una cazuela grande vamos a echar un culo de aceite, y cuando esté caliente pero no muy fuerte añadimos la cucharada de harina y removemos enérgicamente con una pala de madera para que no se queme y tampoco haga grumos, o sea, que no se "agrumere" como la gente en la cuesta de la Merced de Úbeda un Viernes Santo por la tarde. Inmediatamente después de dar unas pocas vueltas a la harina, echamos el pimentón picante para que se mezcle un poco, y a los 5-10 segundos para que no se queme el pimentón vamos a añadir el contenido del mortero (lo digo así, porque si digo "añadimos el mortero", hay quien lo echa hasta con el mazo), y removemos. En esta cazuela vamos a verter el caldo que sueltan los mejillones al cocerlos pasándolo por un colador.

   Dejamos que cueza un poco para que reduzca el vino, y mientras vamos a separar los mejillones de sus conchas. Una vez los tengamos todos desconchados como el patrimonio semanasantero ubetense después de salir la General y le cayera el agua que les cayó aquél fatídico Viernes Santo, los vamos a añadir a la cazuela para que tomen sabor de la salsa y los dejamos unos minutos. 

   Y  ya está. Una ración de mejillones en salsa que te harán saltar las lágrimas como a uno que yo me sé en la tarde del Jueves Santo en el claro bajo de San Isidoro. 

*Cómo se nota que cuando se publicó esta receta, la Semana Santa estaba al caer. 
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