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viernes, 29 de diciembre de 2017

Las comidicas de los lectores (XII)

     Para ir cerrando este 2017, aunque haya sido un año seco, pendiente de una unilateralidad, de un mundial por venir, de una sobrina nueva y preciosísima, en el que a Sabina le dieron una medalla de oro de la ciudad, pero sigue sin tener calle en Úbeda, pero mi hermano y yo ya hemos conseguido tener una plaza en tan asombrosa ciudad, en general, ha sido un año fructífero, donde doce nuevas recetas han sido publicadas en este blog, y los lectores siguen viendo, cocinando y hasta enviando las comidicas que hacen a partir de este humilde blog. Hoy las comparto con todos para que veáis lo fácil y divetido que es cocinar, pues cuando uno hace cosas que luego disfrutan tanto los demás, está chupado. Hasta los muñones si sale demasiado rico. 

 Espaguetis con berberechos de Pilar
Lentejas de Petos
Tartar de salmón y aguacate de David
Paella de Rocío

     Recordad que si queréis seguir mandando las recetas que hagáis de este blog, lo podéis hacer a mi wasap quien me conozca, o al facebook de La Encimera Roja, y yo, muy gustosamente (aunque realmente no pruebe el plato), lo compartiré con todos los lectores. 
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domingo, 17 de diciembre de 2017

Pasta fresca rellena con salsa (RAVIOLIS RELLENOS DE HIGADILLAS Y FRUTOS DEL BOSQUE EN SALSA DE ESPINACAS CON CHAMPIÑONES)


Debido a que el año pasado me regalaron la máquina para hacer pasta, se me ha abierto un grandioso horizonte en el mundo de la gastronomía como es el hacer uno mismo la pasta fresca que siempre compramos en los supermercados. Y lo mejor no es eso. Lo mejor es que ya que la hacemos nosotros, también podemos hacer el relleno que queramos y la salsa de acompañamiento que nos plazca. Y eso, aparte de la grandísima variedad de formas y texturas que tiene la pasta, hace que uno no se canse de probar cosas nuevas disfrutando de la cocina, pero sobretodo, de la comida y de los comensales saciados y agradecidos.
Esta receta que publico es la primera que hago doble. Comenzaré explicando cómo hago los raviolis y luego una de las dos modalidades tanto de pasta como de relleno, que podéis hacer de esta forma, conjugándola o como queráis. Esto es lo bueno de la pasta. La otra opción de relleno y salsa la publicaré más adelante, que si no, la receta es más larga que el Quijote, que no alta. Porque Don Quijote era bien alto.

FORMA DE HACER LA PASTA FRESCA

Dificultad: Difícil
Tiempo de elaboración: 1 hora y cuarto
Ingredientes para 4 personas:

-          250 gr de harina
-          2 huevos
-          Sal y agua.

Para realizar la masa, en un bol grande haremos un volcán como el de la foto, habiendo echado previamente un poco de sal a la harina, y añadiendo un poco de agua (muy poca que siempre hay tiempo de añadir más). Mezclamos todo bien y vamos trabajando la masa con las manos hasta que se hace una masa homogénea. La clave es añadir poca agua al principio y luego añadir un poco más hasta que se puede hacer una bola. Si vemos que se nos pega demasiado a las manos, añadimos un poco de harina y seguimos trabajando con ella hasta que pasa a ser una bola “calzonazos”, o sea, manejable y maleable de forma que podamos hacer con ella lo que queramos. Una vez conseguida esta textura, envolvemos la bola en papel Film y metemos en el frigorífico durante media hora. Esta es la única ventaja que va a tener la bola con respecto a un auténtico calzonazos.

Una vez pasado ese tiempo, en función del tipo de pasta que vayamos a hacer, lo iremos pasando por la máquina para darle la forma deseada. En el caso que nos ocupa esta vez, como vamos a hacer raviollis, una vez pasemos la masa por la máquina, pondremos las tortas sobre una superficie dura pero que no se pegue la masa, como una encimera de sillestone o sobre un mantel, y con un molde o un vaso en su defecto como me pasó a mí la última vez, haremos círculos que nos servirán de parte de arriba y de abajo, sellándoles los bordes y poniéndolos a cocer en agua hirviendo con sal y margarina, metiéndolos de uno en uno y sacándolos con una espumadera pasados 8 minutos.

RAVIOLIS RELLENOS DE HIGADILLAS Y FRUTOS DEL BOSQUE EN SALSA DE ESPINACAS CON CHAMPIÑONES

Dificultad: Media
Tiempo de elaboración: 1 hora
Ingredientes para 4 personas:

Para el relleno:
-          ½ cebolla pequeña
-          250 gr de higadillas de pollo
-          1 lata de tomate entero pelado
-          3 pimientos verdes
-       8 moras negras (cualquier fruto del bosque vale porque lo que conseguimos es una mezcla deliciosa)
-        50 gr de aceite, una pizca de sal e hierbas aromáticas (vale tomillo, orégano, romero,… o un poco de todo)

Os explico la receta para fuego convencional y para Thermomix por si la queréis hacer aquí y mientras hacéis la salsa en el fuego tradicional, aunque también se pueden hacer relleno y salsa simultáneamente si disponéis de fuegos y espacio suficiente.

En el vaso (sartén) picamos la cebolla 10 segundos a velocidad 5-6 (45 segundos a mano sobre tabla de madera y con cuchillo en condiciones), añadimos el aceite y ponemos 5 minutos a 120º a velocidad 2 (5 minutos a fuego fuerte en la sartén).

A continuación, añadimos las higadillas de pollo para que se sofrían durante 8 minutos a 120º a velocidad 2 (10 minutos en la sartén). Ponemos los pimientos verdes y los tomates enteros pelados y resbalados (escurridos) otros 6 minutos más a misma velocidad y temperatura.

Y una vez hecho todo esto vamos a añadir las moras y batiremos durante 2 minutos pasando progresivamente desde la velocidad 4 hasta la 10, estando al menos 30 segundos de esos 2 minutos en la velocidad 10 (Pasamos todo el contenido de la sartén por la batidora hasta que quede un relleno fino y sin grumos).

Sobre las bases de pasta pondremos media cucharada de café (repito que me refiero al modelo de cuchara y no a tener que hacer café a estas horas), y taparemos con otro círculo de pasta, uniendo muy bien los bordes de ambas para que no se abran en el momento de la cocción.

Para la salsa:
-          La otra ½ cebolla
-          200 gr de champiñones
-          1 paquete de jamón serrano a cuadraditos
-          200 gr de espinacas
-          100 gr de almendras fritas peladas y saladas
-          1 tetra brik pequeño de nata líquida para cocinar
-          500 ml de leche
-          8 quesitos
-          AOVE, sal y nuez moscada

Lo primero que haremos, antes incluso de empezar a preparar la masa de la pasta, es poner en un cazo las espinacas a cocer, para tenerlas 10 minutos hirviendo, escurrirlas y reservarlas. (Ahora nos ponemos con la pasta y luego ya seguiremos con la salsa).

En una sartén grande vamos a poner un culo de AOVE y la cebolla muy picada o rallada, añadiendo a los 3 minutos más o menos, cuando la cebolla esté dorada, los champiñones laminados y los dados de jamón.
Posteriormente vamos a añadir las espinacas escurridas y removemos bien. "Nos arrepentimos de haberlo echado fuera". O sea, que "rectificamos de sal" (es que me hace mucha gracia esta expresión culinaria). Cuando las espinacas hayan soltado todo el agua, vamos a añadir los quesitos, la nata, la leche, y añadimos un poco de nuez moscada, y removemos muy bien para que se mezclen todos los ingredientes y los quesitos se vayan derritiendo. Mientras esto sucede, en un mortero vamos a poner las almendras y las vamos a machacar bien, aunque si quedan algunos trozos un poco grandes no pasa nada, porque luego durante la degustación del plato gusta encontrarse con alguno de ellos, como cuando vas por la calle Nueva después de haber estado todo el verano fuera y te encuentras con algún amigo.

Y ya está. Una vez cocidos los raviollis los añadimos a la salsa , mareamos un poco para que la pasta coja el sabor de la salsa, y servimos. ¡Vaya que si servimos! Para esto y para muchas cosas. Porque una vez que uno es capaz de hacer un plato propio de pasta enterico hecho por sí mismo, ya no hay miedo de nada. Os recomiendo probarlo.

*Podemos poner un cuenco de queso rallado opcional para el que quiera añadirle. Y no olvidéis de ver el enlace de la otra modalidad una vez que esté publicado. Cuando eso sea así, tendréis el enlace justo aquí debajo.
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viernes, 24 de noviembre de 2017

Gachamiga


  Fue durante la primera romería de la Virgen de Guadalupe del 1 de mayo de Úbeda. La de los romeros buenos. La de las 3 de la mañana. La que hice con mi hermano Adrián de casualidad, la que me hizo descubrir este plato tan rico y tradicional de la sierra y de la comarca de La Loma, ya que Pepe Robles siempre la hace en la caseta de Los Costaleros para el deleite de todos los allí presentes tras subir a la Vírgen a Santa Eulalia a través del olivar, como recompensa al esfuerzo y como muestra de hermandad y convivencia de todos los romeros. Desde ese año, siempre he procurado no faltar y siempre he querido hacerla. Hasta el verano de 2017, cuando las hice por primera vez, y tal fue el resultado, que cada vez que tenemos comida entre muchos amigos y familiares, me piden que vuelva a hacerla. Hoy, igual que Pepe Robles comparte su gachamiga con todos, yo comparto esta gachamiga que hago, que no se si será la tradicional, pero os aseguro que el sabor es muy parecido o el mismo, y que no defraudaréis a nadie. No como Messi, Ronaldo,... que no dejan de defraudar. 

Dificultad: Media
Tiempo de elaboración: 2 horas
Ingredientes para 4 personas:
-      1.5 kg de patatas
-      4 cucharadas de harina
-      1 litro de agua
-      3 tiras de panceta de cerdo
-      ¼ kg de pimientos verdes
-      8 dientes de ajo
-      4 chorizos
-      ½ morcilla negra de Úbeda de toda la vida
-      8 rábanos
-      Uvas de acompañamiento
-      AOVE y sal

Lo primero que haremos será pelar, lavar y cortar las patatas en ruedas finas para freírlas a continuación con un poco de sal. En cuanto comiencen a estar dorados las sacamos y las reservamos. Mientras, en una sartén aparte vamos a poner la harina con el agua y la vamos a llevar lentamente a ebullición, sin dejar de mover con una barilla para que la harina se ligue bien con el agua y se haga una masa homogénea. Una vez que lo hayamos conseguido, la unimos en la sartén grande con las patatas fritas pero ya sin aceite y lo vamos a ir moviendo para que se liguen todos los ingredientes y se haga una masa. Cuando las patatas ya se hayan deshecho y quede todo como una masa le iremos dando vueltas cual tortilla en una sartén durante una media hora para que se haga bien la gachamiga.

Mientras dura el proceso anterior, en una sartén aparte podemos ir friendo por separado, los dientes de ajo pelados, las tiras de panceta con un poco de sal los pimientos verdes, y los chorizos y la morcilla cortados a ruedas.

Una vez que está todo frito y la gachamiga terminada, añadimos todos los ingredientes, junto con los rábanos pelados y troceados por arriba.

Y ya está. Plato típico espectacular que recomiendo que se coma bajo la disciplinada forma de “cuchará y paso atrás”, para que cada uno hinque su cuchara en la sartén cogiendo ingredientes de arriba y base de gachamiga.


*Recomiendo acompañar este plato con unas uvas a modo de pan, pues le darán mucho frescor y contraste de sabores y temperaturas muy bueno.
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martes, 24 de octubre de 2017

Costillas de cordero a lo "Juan Palomo"



     Cuando uno se mete en la cocina para preparar el menú del día siguiente sin saber exactamente qué va a hacer pero sí tiene una idea de los ingredientes de que dispone, te salen unas recetas como la que ahora os presento, surgida de las ganas de cocinar unas costillas de cordero de una forma distinta a la que habitualmente hago las costillas de cerdo. Y como había ganas de hacer un guiso, que mañana será devorado al llegar de trabajar por mi señora y por mí, es por esto que lo he titulado "Guiso de costillas a lo Juan Palomo: yo me lo guiso, y yo me lo como (y mi señora)".

Dificultad: Media
Tiempo de elaboración: 1 hora
Ingredientes para 2 personas:

- 400 gr de costillas de cordero troceadas
- 1/2 cebolla
- 2 pimientos verdes
- 2 tomates
- 4 zanahorias
- 150 gr de habas
- 1 patata grande
- 1 bote de tomate frito casero (400 gr)
- AOVE, sal, albahaca y tomillo

    Lo primero que vamos a realizar será cortar en dados las patatas, y en la cacerola donde vayamos a realizar la comida, se fríen en muy poco aceite para que se queden un poco duras, y se reservan. En realidad de aceite le echo un culo pequeño y las voy moviendo para que se vayan friendo por las 6 caras del dado, en homenaje a las partidas de dados disfrutadas con los amigos durante un fin de semana en la Casa Rural La Zamora de Carcabuey, donde más de uno acabó frito en uno u otro sentido. 


   Mientras se fríen las patatas vamos a picar muy bien tanto la cebolla, como los pimientos y los tomates. Una vez retiradas las patatas de la cacerola, pondremos la cebolla y en cuanto esté dorada, añadimos las costillas salpimentadas y con tomillo y albahaca, y se va sofriendo hasta que coja buen color la carne, que es cuando añadiremos los pimientos y tomates para que se vaya sofriendo todo junto.


Posteriormente añadiremos las habas para que también se sofrían un poco, antes de añadir las zanahorias, el tomate frito casero y dos medidas de agua de ese bote de tomate para que cueza todo. Aún me sigue haciendo gracia cuando explico este tipo de medida y me acuerdo de aquél que haciendo habichuelas preparó un café que nunca supo cuándo añadirlo al potaje porque en la receta ponía "añadir un vaso de café de caldo de cubito". Lo que no sé, es si también llegó a congelar agua para poder disponer de cubitos. 

Rectificamos de sal y dejamos cocer durante unos 20 minutos, vigilando que no nos
quedemos sin caldo y se queme. Lo suyo es que el caldo vaya reduciendo para quedarse en salsa de las de gastar una barra de pan mojando sopas. Cuando retiremos el guiso del fuego se añaden las patatas fritas que teníamos reservadas. 

Y ya está. Un plato improvisado que es bastante sencillo y rápido de hacer y que para un "entresemana" está genial porque está mucho más rico de un día para otro. 

* Lo único importante que tienes que hacer el día que lo vayas a comer, si es que lo has hecho el día de antes es que no se te olvide comprar pan. 

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domingo, 24 de septiembre de 2017

Moussaka


      Aquí os presento este plato de tradición griega que conocí en mi vida de estudiante como tapa en un bar de Granada, y que muchos años después decidí intentar hacerla con el siguiente resultado. NO sé si es así como se hace la moussaka, pero por el recuerdo de aquella tapa, yo la hago así, y como le encanta a todo el mundo que la prueba, no voy a cambiar la forma de realizarla.

Dificultad: Media
Tiempo de elaboración: 1 hora y media
Ingredientes para 4 personas:

-          4 berenjenas
-          750 gr de carne picada
-          500 gr de espinacas
-          1 cebolla mediana
-          2 pimientos verdes
-          1 lata de paté
-          1 bote pequeño de tomate frito
-          6 lonchas de queso grandes.
-          AOVE, sal, curry, pimienta negra molida

Para la bechamel:
-          1 cucharada de margarina
-          2 cucharadas de harina
-          ½ litro de leche
-          Una pizca de sal y nuez moscada

-          Queso para hacer las tortitas

Lo primero que haremos será lavar, cortar y cocer las espinacas. Mientras tanto, en una sartén grande vamos a poner la cebolla muy picada con un culo de aceite, sofreímos y añadimos los pimientos verdes muy picados. Una vez vayan cogiendo color, añadimos la carne previamente salpimentada. Y cuando ésta deje de tener el aspecto de estar cruda, añadimos las espinacas que estarán cocidas y escurridas. Hay que procurar que hayan soltado todo el agua. También añadimos la lata de paté y removemos muy bien para que se mezcle todo.  Rectificamos de sal. Tras 5 minutos más o menos, añadimos el tomate frito y dejamos que se liguen bien todos los ingredientes y quede todo como una masa. Este tiempo lo aprovecharemos para lavar y cortar las berenjenas en ruedas lo más fino posible.

Una vez que tenemos las berenjenas cortadas vamos a ir preparando la fuente donde vamos a servir este plato. Para ello, sobre dicha fuente pondremos muy poco AOVE, una capa de berenjenas cortadas cubriendo toda la superficie, otra capa cubriendo las berenjenas de la masa de carne y espinacas, y sobre esto pondremos las lonchas de queso. Y así repetiremos esta serie de capas que se cubren unas a otras hasta llegar a lo alto de la bandeja o nos quedemos sin ingredientes, siendo la última capa de masa, aunque sobre ella pondremos trozos de lonchas de queso pero ya sin tener que cubrir completamente.

Podemos considerar este plato como un plato CENTRAL, y por eso será que se CUBRAN TANTO UNOS A OTROS.

Dicha la tontería futbolística de la receta, pasaremos a realizar la bechamel, poniendo en un cazo una cucharada de margarina, cuando se deshaga, pondremos la harina y removeremos enérgicamente con una barilla, añadiendo posteriormente la leche, una pizca de sal y de nuez moscada, y no dejaremos de remover para que no se hagan grumos. Una vez que espese la bechamel lo suficiente, verteremos sobre toda la superficie de la bandeja cubriéndola por completo.

Metemos en el horno a 180º durante media hora.


Y ya está. Aquí tenéis mi forma de hacer moussaka. Como una lasaña pero sustituyendo las placas de pasta por berenjena. Riquísima. Tanto, que mi hermana Lolina repitió hasta tres veces el día que hice la que véis en la foto.


*Recomiendo acompañar el plato con unas tortas de queso que se hacen rallando queso directamente sobre una sartén a fuego fuerte sin aceite ni nada, y que cuando se empieza a hacer y se juntan las hebras al derretirse, daremos la vuelta con cuidado y dejaremos sobre un plato aunque las veáis blandas, pues luego se secan y quedan como tortitas crujientes de queso buenísimas. 

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jueves, 24 de agosto de 2017

Boquerones en vinagre



    Un aperitivo que es manjar entre los manjares son estos boquerones en vinagre. Tapa por excelencia en los bares típicos de Úbeda. Táper indispensable en reunión veraniega entre amigos y deleite en casa con una cerveza fresquita y buena compañía. 

Dificultad: Fácil
Tiempo de elaboración: 3 horas contando todos los tiempos
Ingredientes: 
- 1/2 Kg de boquerones españoles (los de Cádiz son los que más blanquitos se van a quedar. Porque nos pese a quien nos pese, España es blanca). 
- 3 dientes de ajo
- AOVE, Perejil, sal y vinagre. 

Lo primero que haremos conforme los traigamos de la compra será congelarlos durante al menos 48 horas para prevenir el anisaki, que es una enfermedad que se contagia por comer pescado crudo y que creo que no la descubrió un español. 

   Una vez transcurrido ese tiempo y descongelados los boquerones, los vamos a limpiar quitándole la raspa central y la aleta superior, la cola y la cabeza. los lavamos bien hasta que el agua quede clara, y los vamos dejando en un bol con agua fría y cubitos de hielo donde los tendremos un mínimo de una hora para que terminen de limpiarse. 

    Cuando haya pasado esa hora, los escurrimos y los cubrimos de vinagre de vino blanco donde los dejaremos otra hora.

    Pasado ese tiempo, les vamos a escurrir el vinagre pero no los lavamos para que se queden impregnados en él, y le añadimos una picada con los ajos y el perejil muy picados y bañados en AOVE. Si tenemos aceite de extracción temprana, mejor que mejor, sobretodo un arbequina o un hojiblanca, porque les dará un sabor excepcional. Mezclamos para que se liguen todos los sabores y dejamos en el frigorífico. 

Y ya está. A coger una bolsa de patatas y una cerveza bien fría, y aunque por ahí se sigan peleando entre la española, la inglesa o la italiana, yo os aseguro que ésta es la mejor liga del mundo. 

*Hay quien le echa agua oxigenada cuando los estamos limpiando con el agua para que salgan más blanquitos, pero eso lo dejo a vuestra elección en función del gusto de cada uno y de la calidad del boquerón (los de las fotos no la llevan). 
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lunes, 24 de julio de 2017

Remojón Granaíno (ensalada de bacalao y naranja)

    Os presento una ensalada tipiquísima de Granada, que apetece siempre, bien sea un día de verano por el calor, aunque también vale para todo el año, porque las naranjas en realidad son fruto de invierno, y el bacalao suele vivir una media de 20 años, por lo que tenemos tiempo de sobra para poder disfrutar de este manjar que conocí en mi periplo como estudiante de enfermería en Granada, así como a Fraiser y Chabela, a Pepe Pulevas,y sobretodo, a Paco y al gran Manolo de la Taberna Andaluza, que no me enseñaron el "remojón Granaíno", pero sí todo lo demás (hasta el Vicente Calderón, que para los lectores jóvenes, era el campo del Atlético de Madrid, antes y después de que lo fuera el Metropolitano, que hazañas así sólo las puede conseguir el campo de un equipo como el Atleti). 

Dificultad: Muy fácil
Tiempo de elaboración: 10 minutos (sin contar el remoje del bacalao)
Ingredientes:

- 100 gr de bacalao seco migado
- 2 naranjas
- 1 cebolleta
- AOVE

  Lo primero que tendremos que hacer es desalar el bacalao para lo que lo dejaremos la noche anterior o la mañana previa en función de si queremos la ensalada para el mediodía o para la noche. Si hay lectores que quieran la ensalada para merendar que hagan el cálculo ellos, que tampoco es bueno darlo todo hecho. 

  Una vez tenemos el bacalao desalado y en remojo, escurrimos el agua y lo picamos al gusto. A mí me gusta muy picado, como el mar de Garrucha cuando llegamos en el año de 2016, que estaba tan picado, que tuvimos que esperar sin decirle nada para que se le pasara y se pudieran bañar los niños. 

  Una vez picado el bacalao añadimos las naranjas peladas y cortadas a dados de un cm cuadrado aproximadamente, picamos la cebolleta y mezclamos todo junto con un chorreón de aceite de oliva vírgen extra. De esta categoría de aceite es de donde vienen las siglas AOVE, que tanto se usan ahora en cocina y provocan que la gente me pregunte que el AOVE nunca lo encuentran como tal en los supermercados. Incluso hay alguno que me ha preguntado que si "es que tiene que ponerle huevos a la receta (imagino que de forma figurada), para que salga bien" pensando en el tiempo verbal del verbo Aovar. 

Y ya está. Ensalada que sorprende por su frescor y su sabor. Sirve sola y de acompañamiento. Una receta venida de la tierra de la Alhambra para matar el hambre. 

*Aunque es una receta de Granada, desde que la realizo con los aceites de extracción temprana de la provincia de Jaén, mejora una barbaridad. Así tenemos una receta conjunta las dos provincias. Como el aeropuerto. 


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