Como 24 de febrero que es, hoy toca por fin retomar las buenas costumbres y publicar una receta heredada de mi padre. Sencilla, riquísima y rapidísima de hacer. O sea, y como diría un ciudadano de Loja de pura cepa: "Con ejo lo digo tó".
Dificultad: Muy fácil.
Tiempo de duración: 45 minutos (aunque de elaboración en sí son 10 minutos).
Ingredientes:
- Conejo (1/4 de conejo por comensal).
- Patatas.
- 1 cabeza de ajos.
- AOVE, sal, pimienta negra molida.
Lo primero que haremos será partir los dientes de ajo por la mitad sin pelar y sin separar las dos partes del todo, y en una sartén con AOVE (aceite de oliva virgen extra), los vamos a freír hasta que se doren.
Mientras tanto, en una bandeja de horno de cristal vamos a colocar el conejo troceado y le entremezclamos las patatas cortadas a cuadros. Salpimentamos al gusto, y podemos añadir un poco de tomillo molido que le dará aroma y sabor a campo.
Vertemos sobre la bandeja los ajos con el aceite repartiéndolos bien por toda la bandeja.
Metemos en el horno a 180º durante unos 35 minutos.
Y ya está. Para que veáis lo sencilla que es esta receta y lo bien que viene para un día en el que tienes muchas cosas que hacer y poco tiempo para cocinar.
*Por cierto, que escribiendo esta receta me he dado cuenta que las personas hipertensas no pueden (o deben) ser nunca comensales. Menuda faena.
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