Una
comida que nos gusta mucho comer en el campo a los Navarrete Orzáez, son estas
berenjenas rellenas, que vienen muy bien para que coma toda la familia (niños
incluidos como en Marina D´OR), y para gastar tan suculento alimento de la
huerta andaluza que nos suministra a espuertas nuestro querido cuñado. (Nunca
entenderé por qué a una espuerta le pusieron ese nombre, cuando puede hacer
muchísimas funciones menos la de puerta).
Dificultad: Media
Tiempo de elaboración: 1 hora
como mucho (o sea, que si es mucha cantidad, como mucho y suelo tardar una
hora).
Ingredientes para 4 personas:
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4 berenjenas
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½ cebolla o cebolleta
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250 gr de carne picada
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2 pimientos verdes
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2 tomates
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½ tetra brik pequeño de tomate frito
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1 cucharada de mostaza
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AOVE, sal, pimienta negra molida
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Queso rallado
Para la bechamel:
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1 cucharada de margarina
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2 cucharadas de harina
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½ litro de leche
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Una pizca de sal y nuez moscada
Vamos a comenzar
vaciando las berenjenas. Para ello las lavaremos, las cortaremos por la mitad
por su zona más longitudinal, y ayudándonos de un cuchillo iremos metiéndolo
rodeando todo su borde interno sin atravesar la piel de la berenjena. Hacemos
un corte del contenido interno por la mitad para que nos cueste menos trabajo
sacar la “carne” de la berenjena, y una vez lo hayamos hecho, con la ayuda de
una cuchara, rasparemos el interior de la berenjena para apurar al máximo y
dejar sólo la piel.
Este proceso es el
más tedioso de la receta, pero conforme lo vamos haciendo, vamos cogiendo
práctica y nos costará menos. Por cierto, que al escribir el adjetivo “tedioso”
he descubierto el motivo de por qué todos los osos de peluche se llaman
“Teddy”.
Una vez vaciadas
las berenjenas vamos a picar muy bien el contenido extraído y lo reservamos.
En una sartén
vamos a poner un culo de AOVE, donde sofreiremos por este orden, y añadiendo
unos a otros y muy picados, la cebolleta, la carne picada, las berenjenas
picadas, el pimiento verde y el tomate, añadiendo sal y pimienta negra molida
al gusto. Tras unos diez minutos donde todo se ha sofrito, añadimos la mostaza
y el tomate frito. Removemos y rectificamos de sal.
Con una cuchara
vamos poniendo este mejunje en el interior de las carcasas de las berenjenas
sin preocuparnos de que sobresalga de las mismas.
Ya sólo nos queda
poner encima la bechamel y añadir queso rallado por encima y meter en el horno
hasta que la parte superior se dora. Hasta que la parte superior se dora. Hasta
que la parte superior se dora. Perdón. Es que es escribir “Dora” y automáticamente
me empiezo a repetir de forma incansable.
Para realizar la
bechamel pondremos en un cazo una cucharada de margarina, y cuando se deshaga,
pondremos la harina y removeremos enérgicamente con una barilla, añadiendo
posteriormente la leche, una pizca de sal y de nuez moscada, y no dejaremos de
remover para que no se hagan grumos. Una vez que espese la bechamel lo
suficiente, verteremos sobre toda la superficie de la bandeja cubriéndola por
completo.
Y ya está. Unas
berenjenas rellenas que gustan tanto que hasta mis hijos y sobrinos de hasta 3
años la devoran hasta el punto de que tenemos que estar pendientes de que no se
coman la piel y el plato cuando comienzan a apurar el plato, porque lo llevan a
la versión literal de la expresión.
*Vale de comida y de cena. Yo
particularmente la recomiendo de segundo plato para comer, poniendo de primero
un rico Gazpacho andaluz, teniendo ese día una gran comida de dos platos, muy
sana, y más mediterránea imposible.
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