Debido
a que el año pasado me regalaron la máquina para hacer pasta, se me ha abierto
un grandioso horizonte en el mundo de la gastronomía como es el hacer uno mismo
la pasta fresca que siempre compramos en los supermercados. Y lo mejor no es
eso. Lo mejor es que ya que la hacemos nosotros, también podemos hacer el
relleno que queramos y la salsa de acompañamiento que nos plazca. Y eso, aparte
de la grandísima variedad de formas y texturas que tiene la pasta, hace que
uno no se canse de probar cosas nuevas disfrutando de la cocina, pero
sobretodo, de la comida y de los comensales saciados y agradecidos.
Esta receta
que publico es la primera que hago doble. Comenzaré explicando cómo hago los
raviolis y luego una de las dos modalidades tanto de pasta como de relleno, que
podéis hacer de esta forma, conjugándola o como queráis. Esto es lo bueno de la
pasta. La otra opción de relleno y salsa la publicaré más adelante, que si no,
la receta es más larga que el Quijote, que no alta. Porque Don Quijote era bien
alto.
FORMA
DE HACER LA PASTA FRESCA
Dificultad: Difícil
Tiempo de elaboración: 1 hora y
cuarto
Ingredientes para 4 personas:
-
250 gr de harina
-
2 huevos
-
Sal y agua.
Para realizar la masa, en un bol
grande haremos un volcán como el de la foto, habiendo echado previamente un
poco de sal a la harina, y añadiendo un poco de agua (muy poca que siempre hay
tiempo de añadir más). Mezclamos todo bien y vamos trabajando la masa con las
manos hasta que se hace una masa homogénea. La clave es añadir poca agua al
principio y luego añadir un poco más hasta que se puede hacer una bola. Si
vemos que se nos pega demasiado a las manos, añadimos un poco de harina y
seguimos trabajando con ella hasta que pasa a ser una bola “calzonazos”, o sea,
manejable y maleable de forma que podamos hacer con ella lo que queramos. Una
vez conseguida esta textura, envolvemos la bola en papel Film y metemos en el
frigorífico durante media hora. Esta es la única ventaja que va a tener la bola
con respecto a un auténtico calzonazos.
Una vez pasado ese tiempo, en
función del tipo de pasta que vayamos a hacer, lo iremos pasando por la máquina
para darle la forma deseada. En el caso que nos ocupa esta vez, como vamos a
hacer raviollis, una vez pasemos la masa por la máquina, pondremos las tortas
sobre una superficie dura pero que no se pegue la masa, como una encimera de
sillestone o sobre un mantel, y con un molde o un vaso en su defecto como me
pasó a mí la última vez, haremos círculos que nos servirán de parte de arriba y
de abajo, sellándoles los bordes y poniéndolos a cocer en agua hirviendo con
sal y margarina, metiéndolos de uno en uno y sacándolos con una espumadera
pasados 8 minutos.
RAVIOLIS
RELLENOS DE HIGADILLAS Y FRUTOS DEL BOSQUE EN SALSA DE ESPINACAS CON
CHAMPIÑONES
Dificultad: Media
Tiempo de elaboración: 1 hora
Ingredientes para 4 personas:
Para el relleno:
-
½ cebolla pequeña
-
250 gr de higadillas de pollo
-
1 lata de tomate entero pelado
-
3 pimientos verdes
- 8 moras negras (cualquier fruto del bosque vale porque lo que
conseguimos es una mezcla deliciosa)
- 50 gr de aceite, una pizca de sal e hierbas aromáticas (vale tomillo,
orégano, romero,… o un poco de todo)
Os explico la receta para fuego
convencional y para Thermomix por si la queréis hacer aquí y mientras hacéis la
salsa en el fuego tradicional, aunque también se pueden hacer relleno y salsa
simultáneamente si disponéis de fuegos y espacio suficiente.
En el vaso (sartén) picamos la
cebolla 10 segundos a velocidad 5-6 (45 segundos a mano sobre tabla de madera y
con cuchillo en condiciones), añadimos el aceite y ponemos 5 minutos a 120º a
velocidad 2 (5 minutos a fuego fuerte en la sartén).
A continuación, añadimos las
higadillas de pollo para que se sofrían durante 8 minutos a 120º a velocidad 2
(10 minutos en la sartén). Ponemos los pimientos verdes y los tomates enteros
pelados y resbalados (escurridos) otros 6 minutos más a misma velocidad y
temperatura.
Y una vez hecho todo esto vamos
a añadir las moras y batiremos durante 2 minutos pasando progresivamente desde
la velocidad 4 hasta la 10, estando al menos 30 segundos de esos 2 minutos en
la velocidad 10 (Pasamos todo el contenido de la sartén por la batidora hasta
que quede un relleno fino y sin grumos).
Sobre las bases de pasta
pondremos media cucharada de café (repito que me refiero al modelo de cuchara y
no a tener que hacer café a estas horas), y taparemos con otro círculo de
pasta, uniendo muy bien los bordes de ambas para que no se abran en el momento
de la cocción.
Para la salsa:
-
La otra ½ cebolla
-
200 gr de champiñones
-
1 paquete de jamón serrano a cuadraditos
-
200 gr de espinacas
-
100 gr de almendras fritas peladas y saladas
-
1 tetra brik pequeño de nata líquida para cocinar
-
500 ml de leche
-
8 quesitos
-
AOVE, sal y nuez moscada
Lo primero que haremos, antes
incluso de empezar a preparar la masa de la pasta, es poner en un cazo las
espinacas a cocer, para tenerlas 10 minutos hirviendo, escurrirlas y
reservarlas. (Ahora nos ponemos con la pasta y luego ya seguiremos con la
salsa).
En una sartén grande vamos a
poner un culo de AOVE y la cebolla muy picada o rallada, añadiendo a los 3
minutos más o menos, cuando la cebolla esté dorada, los champiñones laminados y
los dados de jamón.
Posteriormente vamos a añadir
las espinacas escurridas y removemos bien. "Nos
arrepentimos de haberlo echado fuera". O sea, que "rectificamos de sal" (es que me hace mucha gracia esta expresión
culinaria). Cuando las espinacas hayan soltado todo el agua, vamos a añadir los
quesitos, la nata, la leche, y añadimos un poco de nuez moscada, y removemos
muy bien para que se mezclen todos los ingredientes y los quesitos se vayan
derritiendo. Mientras esto sucede, en un mortero vamos a poner las almendras y
las vamos a machacar bien, aunque si quedan algunos trozos un poco grandes no
pasa nada, porque luego durante la degustación del plato gusta encontrarse con
alguno de ellos, como cuando vas por la calle Nueva después de haber estado
todo el verano fuera y te encuentras con algún amigo.
Y ya está. Una vez cocidos los
raviollis los añadimos a la salsa , mareamos un poco para que la pasta coja el
sabor de la salsa, y servimos. ¡Vaya que si servimos! Para esto y para muchas
cosas. Porque una vez que uno es capaz de hacer un plato propio de pasta
enterico hecho por sí mismo, ya no hay miedo de nada. Os recomiendo probarlo.
*Podemos
poner un cuenco de queso rallado opcional para el que quiera añadirle. Y no
olvidéis de ver el enlace de la otra modalidad una vez que esté publicado.
Cuando eso sea así, tendréis el enlace justo aquí debajo.
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