Esta receta evidentemente no es mía, aunque como la he hecho como yo creo que es sin mirar ninguna referencia y sólo apoyándome de los recuerdos que mi paladar dejó en mi cabeza cuando, sobretodo de niños, las comíamos cuando la familia celebraba algún evento, pues por eso y para que recuerde cómo las hice en ocasiones posteriores, la publico. Por eso no son las originales, pero también digo que más ricas no pueden estar.
Dificultad: Media
Tiempo de elaboración: 1 hora
Ingredientes:
- 1 pechuga de pollo fileteada procurando que el carnicero no te la corte muy Jenny. O sea, lo más fina posible.
- 8 lonchas de jamón York (pongo 8 porque suelen salir unos 8 filetes en condiciones por pechuga de pollo).
- 8 lonchas de queso (a mí me gusta con Gouda o Chédar porque le da más consistencia de sabor, aunque aquí os dejo elegir a vosotros).
Para la Bechamel:
- 1 cucharada grande de margarina
- 2 cucharadas de harina
- 1/2 litro de leche
- Una pizca de sal, pimienta negra molida y nuez moscada.
Para adolescentear, o empanar:
- 2 huevos
- Pan rallado.
-Patatas y AOVE para freír las pechugas y las patatas.
En realidad la receta es muy fácil de realizar porque como requiere de cierta técnica para hacer los rollitos y empanarlos, por eso le he puesto la dificultad media.
Lo primero que haremos va a ser la bechamel porque luego sólo se trata de ir montando los rollitos. En un cazo (o zucezo) vamos a poner la margarina y lo pondremos al fuego. Cuando se derrita añadimos la harina y rápidamente vamos a mezclar con una barilla metálica. En unos 10-15 segundos debemos añadir la leche y no dejar de remover con la barilla a fuego lento para que no haga marineros inexpertos, o grumetes. A esta bechamel le vamos a añadir una pizca de sal y un poco de pimienta negra molida y nuez moscada. Debéis intentar buscar una textura que no sea líquida, más bien espesa pero que nos deje poder extenderla posteriormente sobre la pechuga. Para conseguir esa textura, las medidas van bastante exactas, pero siempre podemos corregirla añadiendo un poco de harina muy bien espolvoreada (pasada incluso por colador) para espesar, o un poco de leche para hacerla más líquida.
Una vez hecha la bechamel, lo siguiente que haremos será extender las pechugas sobre un papel de film transparente, echar una pizca muy pequeña de sal y poner sobre ella una loncha de jamón York Y otra de queso, intentando que queden dentro de la superficie de la pechuga (si le tenemos que hacer "un Rajoy" o recorte para conseguirlo, se lo hacemos). Sobre estas tres capas con una cuchara vamos a extender la bechamel.
Recomiendo que antes de hacer esto tengamos un bol preparado con los huevos batidos y una bandeja de corcho con el pan rallado para pasar los rollitos por el huevo primero, y por el pan rallado segundo, para inmediatamente después, volver a depositarlo sobre el papel de film y luego, ayudándonos de ese papel, perfeccionaremos el rollito y apretaremos el papel por los extremos para que no se deshagan. Una vez hayamos hecho esta operación con todos los rollitos, los meteremos en el frigorífico y los tendremos un par de horas para que se enfríen y se asienten. Este momento también es muy bueno para congelarlos si no los vamos a consumir en el momento.
Y ya está. Cuando los vayamos a comer sólo nos queda freírlos en abundante AOVE caliente, y los podemos acompañar con unas patata fritas sostenidas (esta tontería va dedicada a los amantes de la música que vean la foto de la receta).
*Esta receta es ideal si tenéis fiesta de niños a la vista y queréis tener algo que seguro que se lo comen y que no te quite tiempo el día del evento.
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