¿QUÉ TE APETECE HACER DE COMER?

domingo, 30 de noviembre de 2014

Sopa de marisco

            Cuando entran los meses del frío, con sus "R" respectivas en los nombres, es el mejor momento para realizar una rica sopa de marisco, y sobretodo para comérsela. Y comprobaréis que no hay plato más rico que la sopa de marisco, y de ahí viene el nombre a tan preciada familia animal y a la vez marítima. 

Dificultad: Fácil
Tiempo de elaboración: 1 hora
Ingredientes para 4 personas: 
   - 1 cebolla mediana
   - 4 tomates rojos maduros
   - 12 langostinos crudos
   - 200 gr de anillas de calamar
   - 12 mejillones
   - 125 gr de almejas
   - 1 vaso de vino fino o manzanilla (tipo de vino. No me refiero ni a fruta pequeña ni a infusión. Que luego pasa lo que pasa) 
   - 1 cabeza de pescado (merluza, rape, pescada,... Lo que tengamos).
   - 100 gr de fideos nº 4 (los más gordos. Vuelvo a insistir que cuando digo fideos nº 4 me refiero a su calibre y no a su cantidad). 
   - aceite de oliva vírgen, sal, pimentón picante. 

   Comenzaremos picando la cebolla y poniéndola en la olla donde haremos la sopa con un culo de aceite. Sofreimos. 
   Mientras, vamos a rallar los tomates, desechando la piel y añadiendo al sofrito. Cuando veamos que se está comenzando a hacer, vamos a añadir las cabezas de los langostinos y se sofríen también hasta que cogen color y huele a langostino a la plancha. Cogemos una servilleta y nos limpiamos la saliva que hemos empezado a producir en exceso. 
    Batimos todo este contenido, y le añadimos un vaso pequeño de vino manzanilla. Este contenido lo vamos a devolver a la olla pero pasándolo por un colador, para que los restos de langostino no caigan a la olla. 

     En este momento añadimos las almejas lavadas y las anillas de calamar troceadas en trozos de no más de 2 cm de ancho. Cuando se abran las almejas y el calamar coja color añadimos 1,5 ó 2 litros de agua, rectificamos de sal y añadimos pimentón picante al gusto. Yo recomiendo una cucharada sopera de pimentón pues esta sopa gusta que pique un poco, al igual que recomiendo un uso moderado de las redes sociales y de las naturales, para que no se acaben las relaciones naturales en la calle y los productos del mar respectivamente. 

     Añadimos la cabeza o los restos de pescado que tengamos para que adquiera sabor el caldo. Mientras hierve y va cogiendo sabor vamos a limpiar los mejillones y los pondremos a cocer en una olla tapada y con un dedo de agua. En cuanto que los mejillones se abran, verteremos el agua que han generado pasándola por el colador y los mejillones desprendidos de sus conchas, como les sucede a los hombres separados en Argentina. 

    Dejaremos cocer unos veinte minutos, y cuando quede un cuarto de hora para emplatar, retiramos la cabeza de pescado y echaremos los fideos, para que éstos se cuezan lo justo, como los padres de hijos pequeños en una boda. 

   Y ya está. Una sopa riquísima que gracias al tiempo de cocción y a la madre que lleva del sofrito del principio, tendrá una textura buenísima y un sabor insuperable.

*Esta sopa la recomiendo para comidas o cenas de Navidad como primer plato. El segundo plato para el menú navideño de 2014 intentaré publicarlo el lunes 15 de diciembre de 2014. Estad atentos. 
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domingo, 16 de noviembre de 2014

Lazos (pasta con verduras, hortalizas y gambas)

      Hay platos a los que se les tiene especial cariño, y éste es uno de ellos. Y mira que la industria de la pasta nos lo ha puesto difícil, pues erradicó del mercado los auténticos lazos, aquéllos que comía mi abuela Lola y que tanto nos gustaban, y que la generación posterior (mi madre primero, y mi padre después) siguieron haciendo aunque ya con pajaritas (y eso que mi padre era más de corbatas). Pero a lo que vamos. Hoy los he vuelto a hacer, y mis hermanos han llorado de emoción y se han comido tres platos cada uno. Y ésa es la mejor satisfacción que puede tener uno cuando se pone a cocinar. 

Dificultad: media
Tiempo de elaboración: 1 hora y cuarto
Ingredientes para 6 personas:
   - 1 cebolla mediana
   - 3 pimientos verdes
   - 3 tomates rojos
   - 400 gr de bacalao seco
   - 200 gr de almejas
   - 200 gr de gambas
   - 200 gr de habicholillas verdes
   - 1 kg de alcachofas
   - 1 limón
   - 1/2 coliflor grande o una pequeña
   - 1 vaso de vino blanco
   - 4 dientes de ajo
   - 1 pastilla de caldo de ave 
   - 400 gr de pajaritas (pasta)
   - aceite de oliva vírgen, sal, pimentón dulce y picante, hierbabuena, azafrán en hebra y comino.

    Tenemos que acordarnos el día de antes de dejar el bacalao en remojo para poder desmigarlo el día que vayamos a hacer el plato, y que será lo primero que haremos. Bueno, antes nos levantaremos de la cama y nos iremos a la cocina porque si no, al dormitorio le puede quedar cierto aroma extraño.

    Una vez migado el bacalao, vamos a picar la cebolla que sofreiremos en una olla o cacerola muy grande con un culo generoso de aceite, para posteriormente añadir los pimientos picados y los tomates rallados. Cuando veamos que el sofrito va cogiendo consistencia, añadimos el bacalao y removemos durante unos 5 minutos, para seguir añadiendo las almejas. Una vez que las almejas se abran, añadimos las habicholillas cortadas en trozos de unos 3 cm, las alcachofas, a las que habremos quitado las pencas, embadurnado el corazón con limón para que no se oxiden y nos oscurezcan el caldo, y cortadas en 6 trozos cada corazón (como cuando se parte una pizza, pero sin pizza). 

   Añadimos de 3 a 4 litros de agua pues hay muchos comensales y seguro que repiten. Y mientras se va calentando el caldo, machacaremos los dientes de ajo con un poco de sal, las hojas de hierbabuena, un pellizco de azafrán en hebra y la pastilla de caldo de ave. A este mortero añadimos el vaso de vino blanco, removemos bien y añadimos. 

   Continuaremos cortando la coliflor, separando los arbolitos y procurando no desmenuzarlos demasiado, pues con la cocción se van a desprender más y no interesa que se deshagan del todo. Los añadimos, y echamos una cucharadita de comino, dos de pimentón picantey una de dulce y rectificamos de sal. Dejamos cocer unos 15-20 minutos para que el caldo coja sabor. 

   Y diez minutos antes de servir, echaremos las pajaritas para que se cuezan el tiempo justo, pues ya sabéis que a mí no me gusta esta pasta pasada, y me gusta echarla en el momento justo (creo que de aquí viene la expresión "echar el lazo").

  Y ya está. Estoy convencido que si esta receta la hacéis a algún invitado, realmente le habréis "echado el lazo", pues su estómago quedará atrapado para siempre a tus recetas. 

*Estoy pensando que si el limón sirve para que las alcachofas no se oxiden con el tiempo y oscurezcan el caldo, a lo mejor es lo que hace falta para este nivel político que nos rodea (que conste para los anales de la historia, que esta receta la escribí en 2014. Lo mismo en 2025 la mayoría de los políticos son honrados. O en 2050. O en 3000,...)
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domingo, 2 de noviembre de 2014

Gachas dulces (gachas del día de los Santos)

   
       Si hay una receta típica para un día típico son estas gachas que se hacen en Úbeda de toda la vida de Dios para el puente de los Santos. Un plato dulce heredado de nuestras abuelas. Como la diabetes tipo II.

Dificultad: media
Tiempo de elaboración: 40 minutos
Ingredientes para una fuente de gachas:
    - media barra de pan (si es del día anterior, mejor. Si es del día posterior, es mentira).
    - 4 cucharadas de harina
    - 1 litro de leche
    - 6 cucharadas de azúcar
    - aceite de oliva vírgen, sal, anís en grano (matalaúva) y anis del mono.

      La dificultad es media porque hay que conseguir una textura sin grumos y que no esté ni muy espesa ni muy líquida. Pero es una receta fácil y cómoda de hacer. 

     Lo primero que haremos será cortar el pan en dados de un centímetro y medio de lado (más dificultad). En una sartén grande pondremos un culo de aceite y los vamos a freír y a reservar una vez estén tostados. En ese culo de aceite vamos a echar unas 3 cucharadas pequeñas de anís en grano y removeremos durante 10-15 segundos, no más, para inmediatamente añadir la harina. Removemos rápidamente y en cuanto la veamos tostada (se pondrá del color que se ve en la foto), añadimos el anís del mono. La cantidad que yo le echo es la que cae mientras cuento tres segundos. 

    Posteriormente añadimos un pizco de sal y la leche poco a poco, removiendo con la barilla para que se vayan deshaciendo los grumos y se forme una masa homogénea. Añadimos el azúcar y seguimos removiendo. Aunque pensemos que los grumos no desaparecerán, tendremos paciencia y buena muñeca para seguir removiendo con la barilla para conseguirlo, y os aseguro que os quedará una masa fina. Si vemos que está muy espesa añadimos un poco de leche. 

    Cuando empiece a hervir seguiremos removiendo cinco minutos para que se evapore un poco el anís porque si no, tendrá demasiado sabor a dicho licor. Que no es lo mismo que si estornudo y digo: "Anís". Y entonces diréis todos: "Ha dicho licor". 

    Y dicha la tontería de la receta... Ya está. Añadimos los picatostes y movemos, dejando unos pocos para decorar la fuente en la que las vayamos a servir. 

*Esta receta se la debo a mi amigo Juampe, quien me la enseñó hace tres años, la apunté de aquella manera en un papel que guardé en mi cartera y que he llevado hasta el día de hoy, pendiente de escribir alguna vez la receta. Y tras mi frustrada carrera como futbolista en la EGB, donde nunca me convocaban y me quedaba el último apoyado en la valla para que me eligieran para jugar, ahora por fin, ya puedo decir que sé hacer unas "gachas" que ya quisiera Butragueño.
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