Cena por excelencia en mi casa de toda la vida. Es una de las cosas que primero copié de mis padres, y que en mi nuevo hogar tiene la gran aceptación que se esperaba. No es nada difícil ni complicada, pero luce mucho y apaña muy bien una noche en la casa, como si apareces con una tarrina de caracoles del Seba para ligar con unas cervecillas.
Dificultad: Muy fácil
Tiempo de elaboración: 30 minutos
Ingredientes para 2 personas:
- 6 patatas medianas
- 400 gr de habicholillas verdes
- 1 cebolleta
- aceite de oliva virgen, sal y vinagre de vino blanco
Esta receta sólo trata de dar una idea para hacer una ensalada que a veces se nos olvida, porque en realidad tiene menos misterio que una novela con mayordomo, porque ya sabemos quién es el asesino.
En una cacerola vamos a poner agua a hervir con un poco de sal y en ella coceremos las patatas y las habicholillas. El tiempo depende de la dureza de la patata. En cuanto las podamos pinchar con un tenedor las retiramos, y viene a ser en torno a 15 minutos, pero prefiero que lo vayáis mirando de vez en cuando, pues un exceso de cocción hará que se nos desmoronen las patatas y el plato pierde gracia, como la chirigota de Vera Luque conforme van pasando rondas (esto para los lectores carnavaleros).
Mientras cuece vamos a picar la cebolleta o la cortamos en juliana, según el gusto de cada uno.
Y una vez cocidas las verduras y cortada la cebolleta, mezclamos todo en una ensaladera grande, y aliñamos con sal, aceite y vinagre.
Y ya está.
*Esta receta se la dedico a mi hermana Lolina y a su futuro bebé Adrián, porque es una de sus cenas favoritas desde que era muy pequeña. Bueno, y los alones, el puré con salchichas,una buena sopica, la pescada con mayonesa... Ah, no. Esta última me parece que no.
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